jueves, 31 de mayo de 2012

I.- Pensar que solamente provienes de un beso / estás entre los rugientes árboles / en los efímeros reflejos de palabras / pues tu presencia es tu orígen, que es el de un mundo / ahora lánzate del risco al vuelo, como ave de fuego / me gustaría regalarte las rejas de los balcones, las tejas coloniales, larillos albañiles / en manifiesto si devoción / inundarte mi sangre como mezcla de agua / mientras, veo tras los vidrios añejos, en cumbres incendiadas de altura / viajan las palabras como pelusas, hasta encontrarte en el más recóndito de los montes, y admirarte.

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