erupciones.

Te imagino como una erupción de magma de oro. material siempre presente, mirando y sufriendo lo salado. la lentitud de las calles y augurios perdidos. Tantos pies locos por uhír, pensar que solo obedecen una busqueda, encontrada y fulgurante, que solo vuelve a si misma, como misma unidad; y por afanes ciegos, pero papitantes, Todo se mueve pero en su titio propio. La búsqueda remece dentro, no fuera. pero al mismo tiempo dentro del todo lo otro y de lo ajeno. No se puede morir mirando. Hacia adentro, adelantandose al deselnlace. Al final las inauguraciones también son eternas puesa cada respiro irrumpe en los vidrios de lo nuevo o más bien de lo eterno. En cada latido hay nuevas celulas pensamientos de madera o sal, que nacen y rugen su primer aullído.